sábado, abril 14, 2007

Conjunciones y Superstición






1.- Venus y Saturno sobre Sevilla, Cámara ASAHI PENTAX, Tele 300, Película Agfa 200 ISO
2.- Venus y Mercurio en presencia de Saturno (abajo), misma cámara, sobre película Fujifilm 100 ISO
3.- Luna, Júpiter y Spica, Cámara CANON EOS 300, sobre película Kodak 200 ISO
4.- Luna y Jupiter, misma cámara, sobre película Werlisa 200 ISO


Según el diccionario de la RAE, Superstición es en una de sus acepciones: Fe desmedida o valoración excesiva respecto a una cosa. Y también : Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.
Igualmente y según la misma fuente, Conjunción, en su primera acepción, es: Aspecto de dos astros que ocupan una misma casa celeste. Y en su segunda: Situación relativa de dos o mas planetas, u otros cuerpos celestes, cuando tienen la misma longitud.
Hasta aquí la cosa no tendría mas importancia, si el ser humano no hubiera necesitado desde siempre, de una manera atávica, la creencia en un Ser distinto a él que pudiera decidir su suerte sobre el minúsculo planeta que era su morada.
Y así empezó todo. Cuando el hombre primitivo sentía llegar la noche, seguramente un pavor irracional se apoderaba de su primigenio ser, viendo como aquella esfera brillante y calurosa poco a poco tornaba su brillo en la rojez de la sangre y se sumergía detrás del horizonte. En su cueva, muerto de miedo y frío, arrebujado entre otros congéneres, su cerebro de animal semiracional daba vueltas y vueltas a la misma idea mientras el sueño benefactor hacia presa en su cuerpo a la espera de otro día de caza y caminatas en busca de frutos y raíces: ¿Y si el faro aquel, aquella luz brillante, aquel fuego que calentaba sus días, no viniese a su cita en la próxima amanecida? ¿Y si la oscuridad, plagada de rugidos y de ruidos extraños y temibles, se adueñaba para siempre de su pequeño mundo?
Por eso, nada más que los rayos del alba amanecían sobre la boca de la cueva, el hombre primitivo en señal de agradecimiento saludaba al astro rey, e incluso, muchos pueblos hacían sacrificios para él, para que no tuviera mas remedio que seguir saliendo cada mañana a calentar a sus indefensos hijos. Salvo el hombre, muchas especies animales siguen saludando al Sol cada mañana, como los mirlos que anidan junto a mi terraza; o la mayoría de bandadas de pájaros que a diario abandonan sus nidos para ir a sus comederos habituales.
Una vez avanzaba la historia de la Humanidad, el hombre se fue fijando en las estrellas, en los planetas, en la Luna, en los cometas. . . y empezó a darle un sentido a su situación en el cielo respecto de su vida: Había nacido La Astrología. No había rey de la antigüedad que no tuviera su o sus astrólogos, que mirando al cielo le vaticinara sus victorias o sus derrotas.
Hojeando libros antiguos se puede observar como la Conjunciones eran los augurios mas buscados por los antiguos magos. Ay! de aquel que tuviera la mala suerte de tropezar con un cometa.
De la Astrología nació la Astronomía, y aunque la posición de los cuerpos celestes ya no tienen nada que ver con nuestras vidas, hay todavía personas que antes de ver las noticias que trae el diario, leen avidamente la sección de Horóscopos. Eso es Superstición. Lo otro, simplemente Astronomía.