martes, febrero 27, 2007

Astronomía infantil

Pablito y su telescopio

Hace ya mucho, mucho, mucho tiempo, un niño llamado Pepito se sentaba en el rebate de su puerta, en un barrio extramuros de Sevilla, y armado con un objetivo de una maquinita de cine, de aquellas de películas de papel parafinado donde los dibujos hacían solo dos movimientos, apuntaba a la reluciente luna llena de Agosto, y en su mente infantil forjaba las mil y una aventuras que había leído en Diego Valor o en el Viaje a la Luna de Don Julio Verne. Y era tal su ilusión, que incluso le parecía ver que la Luna, inmenso queso gruyere, estaba llena de habitantes minúsculos, que veía a través de la lente. Lo que no era otra cosa que los fosfenos creados por sus propios ojos, cansados de mirar y ser frotados una y otras vez en un afán de aclarar la visión.

Eran unos tiempos felices, la niñez siempre lo es a pesar de todo, y Pepito empezó a compartir sus ansias de saber más con otros amigos tan soñadores como él, como Juan Bergillos o José Mª Lopez Díaz, amigos y compañeros de colegio. Con ellos vio y oyó el primer Spuknit, los primeros aviones a reacción, el salto del hombre en la Luna. . . Hicieron aviones a base de cañitas de toba, y cuando cayo en su manos un libro sobre cohetería, fabricaron un pequeño cohete que a partir de una lata de tomate, y unos alerones de contrachapado, se elevo a la "considerable altura" de 15 o 20 metros, y cayó pendiente de un paracaídas de plástico fabricado ex profeso para el evento, con una bolsa de ese material, tan difícil de encontrar en aquel tiempo y que hoy son la pesadilla de los recicladores.

Pero esto no era lo mas importante, no. Lo mas importante es que Pepito empezaba a comprender el valor intrínseco de la amistad, empezaba a valorar el trabajo de equipo, la unión que hace la fuerza. Y así cada día mas interesado por la Ciencia, pero sobre todo por la sabiduría en general, fue leyendo y leyendo, cambiando libros, compartiendo tebeos, buscando explicaciones, analizando proyectos. . . Hasta que el tiempo, inexorable testigo del espacio, los sacó, a él y sus amigos de aquella niñez dorada, en la que guiados por sus profesores del colegio y la educación de sus padres, aprendieron a estar unidos.

Hoy, en la distancia del tiempo aun recuerdo la cara de satisfacción de Juan y José María, cuando la chamuscada lata de tomate aterrizaba gloriosamente pendiendo del frágil paracaídas de plástico casero.

Cuando vi a Pablito por primera vez, en mi mente el disco duro de la memoria comenzó a dar vueltas. Su padre, estaba colimando su telescopio para una sesión de astronomía, y el niño atentamente seguía todos sus movimientos. En su carita se observaba el ansia de aprender. Y quedé gratamente sorprendido cuando su padre lo subió a una silla y dándole explicaciones concretas, como si de un mayor se tratase, le enseñaba las maravillas del cielo estrellado a través del ocular del telescopio.

De pronto, levantó la cabeza y me miró, y en su cara había la misma satisfacción que en las de Juan o José María, cuando "mirábamos" la Luna con la lente de aquel antiguo cine de juguete, hace ya mucho, mucho, mucho tiempo.

sábado, febrero 24, 2007

La calma

Arco iris sobre Sevilla (España)



Huida de la Tormenta


Apenas se posó la paloma, Noé vio con infinita alegría que en su pequeño pico traía una ramita de olivo. Era el fin del encierro divino en la sentina del arca. Habían pasado muchos días desde que junto con su familia y sus animales, cerrara el portón de acceso al angosto y aburrido cautiverio que el Creador había dispuesto al objeto de salvar la vida terrena. Aún esperó otro tiempo mas antes de soltar otra paloma, y al ver que no volvía supo que la tierra era de nuevo eso, tierra dura y fructífera que había renacido de las aguas.
Una vez puesto el pié en lo enjuto Noé sacrificó al Señor. Y este, extendiendo el arco iris sobre el cielo, le dijo: "Desde hoy hago un pacto con los hombres, y os dejo esta como su señal, para que hagáis memoria siempre que la veáis"
Este trozo de la Historia Sagrada, no solo es exclusivo de la Biblia. Se habla de un Diluvio en varios y distanciados textos antiguos, como el Popol Vuch, o la Epopeya de Gilgamesch, entre otros. Y en realidad quizás haya habido mas de uno. Ahora que tanto se habla del cambio climático, del calentamiento global, de la subida de los niveles de los mares, del derretimiento de los hielos eternos y glaciares, sería bueno que alguien se dedicara a estudiar estos mas que comprobados desastres en forma de lluvia y temporal, que sí no acabaron con la vida en toda la Tierra como planeta, sí con la que existía en la tierra conocida, por lo menos por los que dejaron escrito sobre ellos.
El Niño, New Orleans, Catrina. . . Nombres por si solos, por lo sucedido en ellos, o por su causa, ya han pasado a la historia moderna del desastre terreno. Quien sabe si cuando pasen dos o tres mil años, alguien encuentre escritos sobre ellos, y vea una repetición de la meteorología suya actual. Dios lo quiera. Porque mientras el hombre, una vez huida la tormenta contemple el arco iris, sabrá que sigue en pie el pacto con su Creador.

domingo, febrero 04, 2007

Fotografia Planetaria



En anteriores post, he comentado lo que para mí ha supuesto encontrar una herramienta como la webcam para llevar a cabo una de mis grandes ilusiones: capturar imágenes que nunca soñé que podria meter en una película fotográfica. La fotografia analógica de planetas, como las ceremonias iniciáticas, tenia un rito; un aprendizaje profundo, un cuidado exquisito, tanto en la elección de las películas, como en el revelado y tratamiento de las mismas, saber que tiempo de exposición era necesario, que abertura. Preparar el equipo para un seguimiento exacto, cuidar que el motorcillo que hacia el mismo no fallara en el momento oportuno, que la cámara, si no era totalmente mecánica, tuviera las pilas a punto. Y despues. . . Clic
Y las ondas luminosas herian el lecho de suaves sales de plata que iban grabando en su seno la imagen latente de la Luna, de Saturno, de Jupiter, o tal vez de nuestra querida nebulosa de Orión. Hasta aquí todo bien. Yo he tenido muchas noches placenteras de fotografía tanto lunares como planetarias y de cielo profundo, que despues se han ido al garete por la inexactitud de un revelado improcedente, o el capricho colorista del empleado de la tienda fotográfica donde he llevado mi preciosa carga. Muchas horas de trabajo perdido por un mal corte del negativo, por ejemplo, o porque las "quimicas" no estaban en su punto mas idoneo.
Pero esto, se acabó. Una pequeña cámara webcam, un programa de captura y un ordenador, son suficientes para ver en tiempo real que está "pasando" en la futura fotografía, cuya base es un simple Avi de video, que tratado con un programa de registro y aplilamiento de imágenes hará el milagro de tener en un solo fotograma el planeta, la nebulosa o ese crater de la Luna que siempre nos llenó de intriga y que ahora tenemos delante, y comprobamos que esos puntitos que veiamos al telescopio, son otros cratercillos tan pequeños, que solo la fotografía nos podia desvelar.
Sin duda un gran avance, y quiero desde aquí animar a que lo prueben.
Pero no por ello, voy a dejar de usar mi vieja y querida Pentax, o mi Canon EOS 300, o mi Seagüll de medio formato. Eso sí, yo haré los revelados de mis películas, como ultimamente haciamos mi hijo y yo. Y preferentemente usaré diapositivas, que como todos sabemos conllevan un tratamiento totalmente automático y estan a salvo de manipulaciones e ingerencias no deseadas.